UNA PREOCUPACIÓN IMPORTANTE PARA LOS PRODUCTORES AVÍCOLAS
El estrés térmico se ha convertido en una preocupación importante para los productores avícolas debido a la reducción de la tolerancia al calor en genotipos modernos y el aumento dramático en la temperatura global que impacta negativamente en el crecimiento de las aves, cantidad y calidad de carne, tasa de postura y criterios de calidad del huevo.
En consecuencia, estos efectos provocan grandes pérdidas económicas para la producción avícola.
La solución para la protección contra el estrés por calor requiere estrategias multifactoriales que involucran: el manejo, el acondicionamiento térmico de los galpones y cambios en la alimentación y nutrición (Figura 1) [1].
ESTRATEGIAS DE MANEJO Y AMBIENTALES
Uno de los factores para reducir los efectos del estrés térmico es el acondicionamiento del ambiente de producción.
Brevemente, los galpones de producción deben: tener forma de galpón semi-abiertos, contar con ventilación apropiada y controlada (movimiento del aire para reducir los niveles de amoniaco, dióxido de carbono y humedad), estar bajo una sombra natural o artificial, tener un correcto suministro de agua y aislamiento térmico en el techo (aluminio o pintura de zinc).
Durante el verano, con condiciones de altas temperatura y humedad, la captura, carga y transporte de lasa aves, causa un aumento en el riesgo y consecuencias del estrés térmico. Por lo tanto, las estrategias de manejo de prevención incluyen: atención diaria a los pronósticos metrológicos, la captura y carga de pollos debe hacerse temprano en la mañana, se deben proporcionar ventiladores móviles adicionales y mantener un suministro adecuado de agua, alimento y luz para las aves.
Por último, la densidad es uno de los factores críticos y el número de aves debe ajustarse de acuerdo con el diseño del galpón y los factores del ambiente.
ESTRATEGIAS NUTRICIONALES
En los últimos años, se han utilizado varias estrategias de alimentación y nutricionales exitosas para mitigar los efectos perjudiciales del estrés térmico y mejorar el rendimiento de las aves.
Entre ellas se consideran relevantes: la adición de grasas y reducción de proteínas en exceso en la dieta y la suplementación del alimento con: aditivos osmorreguladores, aminoácidos sintéticos, prebióticos/probióticos, electrolitos, vitaminas y minerales (Tabla 1) [2].
Finalmente, la combinación de las estrategias antes mencionadas (manejo, ambiente y nutrición), previenen y evitan la emergencia del estrés térmico que perjudica y disminuye la productividad.
[1] Saeed, M., et al, 2019. Heat stress management in poultry farms: A comprehensive overview, Journal of Thermal Biology. 84, 414-425.
[2] Nawab, A., et al, 2018. Heat stress in poultry production; Mitigation strategies to overcome the future challenges facing the global poultry industry, Journal of Thermal Biology.