En una granja de reproductoras estable al PRRS, con circulación vírica en fase 2, pueden aparecer animales PCR+ sin síntomas previos. Por ello, es esencial revisar y mejorar las medidas de manejo y bioseguridad de la misma.
En ocasiones, los técnicos de porcino nos encontramos con la situación de que una granja de reproductoras que creíamos estable al Virus del Síndrome Reproductivo y Respiratorio Porcino (PRRSV) con fase 2 en la que existe circulación vírica, de repente, en un sangrado de lechones en paridera, hallamos animales PCR + sin haber existido sintomatología alguna de tipo reproductivo en la explotación.
Una de las posibilidades es que se esté produciendo una recirculación del virus presente en la granja, por lo que hemos de revisar y trabajar las medidas de manejo y bioseguridad interna de la misma.
HERRAMIENTAS DE CONTROL A NIVEL DE LA FASE 1
Si el PRRSV está circulando entre las reproductoras, el primer objetivo será conseguir el cese de la circulación vírica, utilizando para ello diferentes estrategias de control de la enfermedad, como la vacunación, correcta adaptación de la reposición y monitorización de la misma.
Tras el nacimiento de lechones no virémicos, implementaremos unas buenas prácticas de manejo (McRebel*) y bioseguridad interna en la explotación para finalmente destetar animales PCR-.
Manejo McRebel*
Empezaremos por hablar del manejo McRebel en paridera, es decir, todas aquellas medidas de manejo destinadas a reducir la transmisión del PRRSV y otros patógenos secundarios entre los lechones.
Estas medidas tienen el objetivo de maximizar el número de lechones que permanecen con su madre, de tal manera que cada camada se comporte como una unidad que se maneja en un sistema Todo Dentro-Todo Fuera.
1.- Asegurar un correcto encalostramiento de los lechones
El desarrollo de las genéticas hiperprolíficas hace del adecuado encalostramiento un pilar básico para garantizar la supervivencia del lechón en sus primeros días de vida.
Una de las técnicas más utilizadas es el “encalostramiento secuencial”, es decir, en aquellas camadas en las que existen más lechones que mamas funcionales tiene la cerda, es necesario ir llevando a cabo el encalostramiento de los lechones por turnos, garantizando así que los lechones más débiles ingieren una suficiente cantidad de calostro.
La ingesta de una cantidad insuficiente de calostro deriva en la presencia de lechones débiles que, generalmente, mueren en su primer día de vida bien sea por inanición o por aplastamiento.
Por el contrario, lechones provistos de cantidades suficientes de calostro presentan mayores tasas de crecimiento y una mejor inmunidad.
Sin embargo, nos encontramos que en las explotaciones a veces no se le da la importancia que realmente tiene encalostrar de forma adecuada a los lechones.
2.- Evitar hacer movimientos excesivos entre camadas
Uno de los errores más comunes que se cometen en las granjas es realizar un excesivo movimiento de lechones en paridera pasadas las 24 horas.
Durante las primeras 24 horas, solo han de moverse lechones para ocupar las mamas disponibles por cerda y no ha de igualarse por tamaños.
En el lote de partos semanal, se igualan las camadas en número y en tamaño, pero en algunas ocasiones este manejo se realiza de tal forma que se acaban moviendo una gran cantidad de lechones.
En lo referente al manejo del excedente de lechones en la semana de partos tenemos la posibilidad de trabajar mediante dos sistemas diferentes:
- SISTEMA DE HUECOS EN MATERNIDAD: dejar huecos vacíos en maternidad que serán ocupados por las cerdas nodrizas y el excedente de lechones.
- SISTEMA DE SUBIDAS DE CAMADA: movimiento de los lechones extra a salas con más días de lactación.
Finalmente, cuando el personal trabaja para recuperar los animales que van quedando retrasados en las semanas posteriores, en ocasiones también lo hace de manera inadecuada.
Se mueve un gran número de lechones entre cerdas con el fin de dejar las camadas perfectamente igualadas pudiendo generar importantes problemas sanitarios en la explotación al mismo tiempo que se penaliza la calidad del lechón al destete.
3.- Eliminar del sistema aquellos lechones que no tienen posibilidad de supervivencia
Uno de los puntos en los que habría que incidir prácticamente en todas las explotaciones es la eliminación de lechones inviables.
Es uno de los manejos más difíciles de conseguir que se lleve a cabo, puesto que al personal no le gusta sacrificar lechones y existe también la subjetividad de la posible supervivencia o no de los mismos. Pero sin duda, en todas las explotaciones se mueven lechones que deberían sacrificarse.
4.- Trabajar la bioseguridad interna de la explotación
HERRAMIENTAS DE CONTROL A NIVEL DE LA FASE 2
Cuando en una granja (mismo espacio físico con diferentes naves) coinciden distintas fases productivas, existe un elevado riesgo de tipo sanitario.
Ante esta situación, no sería de extrañar que el PRRSV hubiese pasado de la fase 2 a la fase 1, por lo que de nuevo el manejo y la bioseguridad interna serían los principales puntos de actuación (además de las diferentes estrategias de control del PRRS que pudiésemos plantearnos, tales como la vacunación o las despoblaciones a nivel de transición).
Ante esta situación tendríamos que evaluar cuáles serían todas las pautas de manejo y de bioseguridad interna susceptibles de mejora en la explotación.
Personal exclusivo dedicado al manejo de transición
El personal que trabaje en transición no puede entrar en contacto con la zona de paridera, y viceversa.
Podría ser interesante utilizar monos de diferentes colores para diferenciar al personal de ambas zonas, evidenciando de forma mucho más clara el incumplimiento de esta importante medida de bioseguridad.
Lavado de manos y cambio de ropa y calzado
En el caso de que el personal tenga que cambiar de zona, lo hará siempre lavándose las manos y cambiándose de ropa y calzado.
Lavado de manos y cambio de ropa y calzado
El utillaje empleado en cada una de las zonas debe ser exclusivo, así como para cada lote de transición.
Diferenciación de zonas
La delimitación de ambas zonas es muy recomendable, colocando por ejemplo una hilera de pediluvios en el pasillo en señal de advertencia.
Todas las medidas de bioseguridad interna y de manejo nombradas anteriormente (protocolos de limpieza y desinfección, evitar movimiento de animales entre lotes, sacrificio de animales inviables y sobre todo, trabajar con el sistema Todo Dentro-Todo Fuera) son aplicables también en zona de transición y ayudarán al control de la enfermedad.
Fuente: Porcinews