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Manejo de dietas aniónicas en bovinos

En las vacas lecheras, el período de transición comprende las tres semanas previas y posteriores al parto, siendo un periodo de gran cantidad de estrés para el animal y donde aparecen la mayoría de las enfermedades. Entre ellas, una muy común, es la fiebre de leche o paresia puerperal hipocalcémica, una enfermedad metabólica nutricional caracterizada por el desequilibrio la concentración del Calcio en sangre durante las 24 horas previas al parto y 2-3 días posparto [1].

En condiciones normales, los niveles de Calcio plasmático se encuentran entre 8,5 y 10,4 mg/dl, del cual el 42-47 % es biodisponible para el organismo [2]. Durante la formación del calostro, debido a la alimentación e inmunidad del neonato, esta concentración cae por debajo de 8 mg/dl lo que conduce a la vaca a la hipocalcemia. Si esta sigue cayendo, por debajo de 5 mg/dl, la vaca adopta el decúbito y no puede incorporarse, desencadenando la paresia puerperal hipocalcémica [3].

Las consecuencias que genera esta enfermedad son variadas (Figura 1). Por tanto, es necesario comprender la utilización de dietas aniónicas durante el periodo del preparto para evitar la aparición de la misma y las pérdidas económicas que genera en las explotaciones lecheras.

METABOLISMO DEL CALCIO

En la homeostasis del Calcio intervienen la hormona paratiroidea (PTH) y la 1,25-dihidroxivitamina D. Ambos compuestos actúan a diferentes niveles, originando un aumento intestinal de la absorción de Calcio dietario, la movilización del Calcio depositado en los huesos y la reducción de la perdida de Calcio por orina, lo que en conjunto restablece los niveles de Calcio en sangre. Sin embargo, este proceso fisiológico demora de 24-48hs de detectada la anomalía, agravando la situación del animal.

De los diferentes métodos empleados para la prevención de esta enfermedad, el manejo de la dieta es el que más ha evolucionado. Muchos investigadores han comprobado que la adición de sales aniónicas en el preparto (2-3 semanas) induce una “acidosis metabólica leve” que facilita la absorción intestinal y la movilización ósea de Calcio, permitiendo una más rápida recuperación de la hipocalcemia.

TEORÍA DE IONES FUERTES Y DIFERENCIA CATIÓNICA-ANIÓNICA EN LA DIETA

La utilización de las sales aniónicas en la dieta se basa en la teoría de iones fuertes o electroneutralidad, que indica que en una solución el número cationes debe ser igual al número aniones [4]. Por tanto, es importante definir la diferencia catiónica-aniónica en la dieta (DCAD), establecer cuál es la diferencia real y cuantos aniones deben ser suministrados para lograr la acidosis metabólica.

Cuando se suministra una dieta preparto con DCAD negativa, se produce un entrada excesiva de aniones que, para mantener la electroneutralidad, genera un aumento en la concentración de cationes H+ provocando una disminución del pH tanto en la orina como la sangre. Por ello, la medición del pH urinario es una herramienta útil para evaluar la efectividad de las sales aniónicas. Generalmente, se recomienda que este se encuentre entre 6-6,5 para vacas Holando, o entre 5,8-6,2 para vacas Jersey, para que las sales sean efectivas en la prevención de la fiebre de leche [5,6].

Las modificaciones en el estado ácido-base, provocadas por las sales aniónicas, podrían explicar la mayoría de los efectos beneficiosos en la homeostasis cálcica actuando sobre diferentes tejidos, principalmente, hueso, intestino y riñón (Figura 2).

SALES ANIÓNICAS

Las sales aniónicas que se utilizan con mayor frecuencia en la prevención de la paresia puerperal hipocalcémica tienen un poder acidificante similar e intensifican la excreción urinaria de calcio de una forma equivalente [7].

Las principales sales utilizadas son los sulfatos y cloruros de calcio, magnesio y amonio. El efecto de estas seis sales aniónicas fue comparado en un estudio y se observó que no existen diferencias significativas sobre el estado acido-base o en el balance del Calcio al que llegan [7].

Varios estudios publicados utilizaron dietas con un DCAD desde –4 mE/kgMS hasta –302 mEq/kgMS [8,9]. En la experiencia a campo, un DCAD entre –50 y –100 mEq/kgMS es eficaz para reducir la incidencia de la fiebre de leche. En otras palabras, para alcanzar este balance, son necesarios unos 200- 250 gramos por vaca de las mezclas de sales aniónicas que existen en el mercado [3].

Asimismo, es necesario evitar excesos ya que atraen consecuencias negativas como el descenso del consumo de alimento debido a la mala palatabilidad de estas sales. En este sentido, los sulfatos son menos salados que los cloruros, pero con menor efecto acidificante. Las dos medidas más efectivas para minimizar el impacto de las sales aniónicas en la ingesta de materia seca son:

  1. Mezclar las sales con toda la ración e incorporar alimentos muy palatables como silo de maíz o melazas para enmascarar su sabor.
  2. No añadir más de 3 Eq/día de sales aniónicas a la ración. Las sales aniónicas no presentan ninguna ventaja cuando se emplean en dietas con un DCAD positivo alto, circunstancia que se observa con frecuencia cuando se emplean forrajes con un alto contenido en potasio.

CONCLUSIONES

La gran incidencia de paresia puerperal hipocalcémica en las vacas lecheras, justifica plantear una estrategia de alimentación para disminuir al máximo las pérdidas económicas que esta puede generar. Esto último, se logra con el uso de sales aniónicas en la dieta durante el preparto que causarán un estado de acidosis metabólica para mantener en equilibrio la homeostasis del Calcio.

Finalmente, es necesario destacar que su incorrecta utilización puede ser perjudicial para la salud de las vacas siendo necesario tener en cuenta las recomendaciones de un profesional para su uso.

Bibliografía

  1. Espino, L., et al., 2004. Utilización de las Sales Aniónicas en la Prevención de la Paresia Puerperal Hipocalcémica. Arch. Med. Vet., vol. XXXVII N° 1, 2004, Pp. 7-13.
  2. Goff, J. P., 2012. Controlando la Hipocalcemia en las Vacas de Leche. En: Libro de ponencias y comunicaciones orales. XVII Congreso Internacional ANEMBE de Medicina Bovina. Asociación Nacional de Especialistas en Medicina Bovina de España (ANEMBE). Santander 18, 19 y 20 de abril 2012. Pp. 117-121.
  3. De Blas, C., et al ., 1998. Utilización de sales aniónicas en dietas para vacas secas. En: FEDNA 1998, XIV Curso de Especialización, AVANCES EN NUTRICIÓN Y ALIMENTACIÓN ANIMAL, Pp. 32-40.
  4. Stewart PA. 1983. Modern quantitative acid-base chemistry. Can J Physiol Phayrmacol 61, 1444-1461.
  5. Horst, R. L., et al., 1997. Strategies for Preventing Milk Fever in Dairy Cattle. J. Dairy Sci. 80:1269-1280.
  6. Goff, J. P., Ruiz, R. y Horst, R. L., 2004. Relative Acidifying Activity of Anionic Salts Commonly Used to Prevent Milk Fever. Dairy Sci. 87:1245-1255.
  7. Oetzel, G. R., Feitman, M. J., Hamar, D. W. y Olson, J. D., 1991. Screening of Anionic Salts for Palatability, Effects on Acid-Base Status, and Urinary Calcium Excretion in Dairy Cows. J. Dairy Sci. 74:965-971.
  8. Van Mosel M, et al. 1993. Effects of reducing dietary (Na + K) – (Cl + SO4) on the rate of calcium mobilization by dairy cows at parturition. Res Vet Sci 54, 1-9.
  9. Wang C, DK Beede. 1992. Effects of diet ammonium chloride and sulfate on acid-base status and calcium metabolism of dry Jersey cows. J Dairy Sci 75, 820-828.

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