Surgen con frecuencia en Argentina proyectos de ampliación de granjas o de nuevos proyectos bastante ambiciosos acercándose a las exigencias del mercado para los próximos años por una producción en larga escala y de constancia de entrega de producto terminado. Las inversiones son significativas en genética, instalaciones y equipos.
Entre los equipos más importantes están los comederos. Estos son el último eslabón entre la dieta que contiene los nutrientes necesarios para cada etapa productiva y los animales. Los comederos manejan una porción significativa de su dinero durante toda la vida útil del mismo.
Por ello, cuando se está pensando en la granja para los próximos años, el productor/empresario elige comederos que ya ofrecen buenos resultados en establecimientos actuales. Basar la elección de nuevos comederos simplemente en la experiencia previa no deja de ser un buen criterio de elección pero es importante comprender las condiciones modernas de producción; por ejemplo, líneas genéticas hiperprolificas.
La importancia de los comederos
Con destetes entre 21 – 28 días de edad y la nutrición animal tratando de acompañar esta evolución. Comederos que ofrecen buenos resultados productivos hoy pueden no ser suficientes para salas con espacio adecuado pero con mayor número de lechones destetados por semana (dejemos para hablar de espacio físico – densidad animal – en otro artículo) o para animales con un desarrollo corporal avanzado a la misma edad y estos dos factores deberíamos tener en cuenta para definir el número de comederos que vamos a tener por corral.
Los perjuicios productivos/financieros en la porcicultura moderna pueden ser de dos tipos: problemas puntuales con pérdida financiera inmediata y búsqueda por una solución de emergencia y el otro ocasionado por factores “invisibles” que afectan la ganancia a largo plazo con alto impacto financiero haciendo que el establecimiento “deje de ganar” o que no aproveche el potencial genético de los animales como podría (kilos a menos). El espacio de comedero por animal es uno de estos factores que pueden actuar sobre el segundo tipo de problema mencionado.
Investigaciones para averiguar qué espacio debemos tener por comedero/animal ya existen desde hace muchas décadas (Lindemann et al., 1987; Hyun et al., 1998). Además del espacio los diferentes modelos de comederos también pueden impactar los resultados productivos (Bergstrom et al., 2012).
Es conocido que cerdos más pequeños (40 kilos) gastan más tiempo comiendo que cerdos grandes (90 kilos) y a la vez el tiempo de ocupación de los comederos también es mayor (Gonyou y Lou, 2000). De ahí puede estar una explicación del retraso en el crecimiento ya que los cerdos tienen una curva de crecimiento de tejido magro que llega a una meseta y empieza a caer cerca de los 60-65 kilos de peso vivo. Comederos individuales, solamente secos y en fases productivas donde los cerdos son pequeños son factores que llevan a un mayor tiempo de contacto cerdo – comedero y reducen la posibilidad de incrementar la carga animal para estos comederos.
Granjas que cuentan con buena genética, nutrición adecuada y ambiente razonablemente manejado, deben apuntar a algunos índices productivos como edad y peso a la salida de sitio 2 como referencias para averiguar la existencia de este problema. Trabajando con 416 lechones de 22 kilos de ambos los sexos por 4 semanas Ellis y Hyun (2001) observaron que en corrales con un número excesivo de animales por comedero estos tuvieran un consumo 8,8% menor y su crecimiento fue afectado en cerca de 6,4% en comparación con lotes testigos, sin afectar la conversión alimenticia.
Estos impactos en el peso de los animales pueden ser fácilmente comparados con las tablas propuestas por las genéticas, siempre teniendo en cuenta las demás variables que pueden influenciar estos resultados.
Una señal común en la práctica es encontrar lotes o camadas bastante desparejas cuando tenemos alta competitividad por espacio de comedero y muchas veces echamos la responsabilidad a la nutrición o a las reproductoras. Cerdos pequeños intentan aprovechar el período de la noche para tener más tiempo de consumo y optimizan su conversión alimenticia pero los animales mayores aprovechan el comedero durante el día y amplían las diferencias por tiempo de consumo. Antes de diagnosticar falta de espacio de comedero es importante estar seguro del status sanitario, algunas enfermedades también afectan la homogeneidad de los lotes así como el espacio reducido de comedero puede traer consecuencias sanitarias.
Animales compitiendo por poco espacio tienen sus niveles de cortisol aumentados (Lindemann et al., 1987) dejando claro el estrés ocasionado por esta situación y posibilitando la actuación de alguna enfermedad oportunista. Siempre que un animal está estresado asumimos que ya no alcanzará su máxima ganancia de peso diaria (Wellock et al., 2003) o sea que ya los tenemos subutilizados.
La granja es un negocio que debe ser rentable, lógicamente que aumentar el espacio de los comederos por encima de las recomendaciones de los fabricantes también puede llevar a un incremento de los resultados productivos pero el punto es encontrar la medida exacta para que los cerdos expresen su potencial genético de una manera económicamente sustentable.
Como puntos de monitoreo de esta situación averigüe con su proveedor de comederos para cuantos animales está pensado el modelo que ustedes tienen en sus granjas, conozcan el número de animales que están actualmente utilizando estos equipos de manera simultánea, observe la existencia de camadas heterogéneas de animales y comportamientos raros y compare los resultados productivos de la granja con las tablas de la genética que representa su plantel.
Fuente: Equipo técnico comercial Cladan Nutrición y salud animal
